Hola, bienvenid@.
Después de este impasse que he necesitado a todos los niveles: físico, emocional y actitudinal, vuelvo a retomar este blog. He necesitado de este periodo de tiempo porque todo ha cambiado, y por ello, yo he necesitado también de un cambio para poder adaptarme a estas nuevas circunstancias. Hoy por eso os quiero hablar de la necesidad que tenemos de ajuste ante cambios en nuestra vida.
Habitualmente no solemos llevar muy bien los cambios de circunstancias. Conozco a una persona que en el nivel emocional sus circunstancias han cambiado "para bien", y no se lo puede creer. "Es como si no me estuviese pasando a mi", me dijo. Si lo considerado positivo en nuestra vida se nos hace dificil aceptar, qué diremos de lo considerado negativo...
Ante un cambio de vida "negativo" lo que solemos realizar es un "taparnos los ojos", como si no estuviera ocurriendo o no hubiera ocurrido. Seguimos realizando lo mismo, siguiendo con nuestras vidas, cerrando los ojos, los oídos y el corazón en una mala idea de que "hay que seguir adelante". Y, como siempre, eso es cierto, es necesario seguir adelante, pero no como ya te he dicho muchas veces, no hay que tener que hacer nada. Seguir adelante no significa no percibir el cambio de nuestra vida, sino percibirlo en toda su dimensión y aceptarlo. Sólo así podemos estar dispuestos a seguir viviendo desde ese nuevo paso que hemos dado. Para ello necesitamos de un tiempo donde toda la vorágine de la vida cotidiana se hace más pequeñita y donde todo nuestro interior se alza como una ola en el mar. Necesitamos de un tiempo donde todo nuestro ser, toda nuestra mente, se vaya recomponiendo para dar una nueva perspectiva de lo que somos, una nueva muestra de nosotros mismos que realza nuestra individualidad y nuestra vida en todos sus aspectos.
En nuestra sociedad no se nos da ese tiempo. En muchas ocasiones no se tiene en cuenta los aspectos emocionales interiores y si se tienen en cuenta es en un tiempo muy corto. "Vale, necesitas pasar página, pero hazlo ya". Así que se fomenta ese no mirar hacia dentro, porque hay muchísimas cosas que hacer. Hay que hacer, hacer y hacer para escapar de la ola que parece que nos va a comer. Estamos inmersos en una selva de acción en la que estar con nosotros mismos es una gran locura. Y por ello, se nos corta el camino hacia nuestra sanación, hacia nuestro equilibrio, hacia nuestra armonía y nuestro crecimiento. Estamos abigarrados en cosas que tenemos que hacer. No hay tiempo, no hay tiempo para estar, simplemente, con nosotros. En nuestra sociedad, hacer es la forma de huir de nosotros mismos. Una vez más hemos caído subyugados ante la presencia de los hombres grises de Momo y su banco del tiempo.
Por favor, para un momento. Sólo te pido eso. Para y a pesar de todo, escucha lo que te dices, mira en tu interior y date cuenta de cómo todo cambia, y cambia con ello. Ningún cambio es negativo, pero aunque tú lo consideres así, cambia con ello. Es sólo una manifestación de la vida, todo cambio lo es; y por ello, necesitas responder ante ese cambio. Si no lo haces cargas con la mochila durante demasiado tiempo, necesitando de tu energía y de todas tus fuerzas para llevarla encima. Aunque no quieras verla está ahí, es parte de ti. Es mejor que la abras y que cojas aquello que necesitas y te lo guardes, y deja a un lado todo lo que en esa mochila no te sirve. Eso es seguir adelante. Cargar con toda la mochila te impide seguir tu camino, o te lo hace mucho más pesado, más cansado, sin ninguna necesidad.
Que la luz de tu corazón guíe tu camino.
Elenka
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